Hay experiencias que no se cuentan en días, sino en emociones.
Lo que han vivido los chicos y chicas del Centro Ocupacional Municipal El Molino en esta semana junto al mar va más allá del destino o del plan: es algo que se queda dentro.
Se quedan las risas compartidas. Las conversaciones sin prisa. Los gestos de cuidado entre compañeros. Los momentos que construyen algo más grande que unas vacaciones: convivencia, pertenencia, amistad.
Esta escapada marca el final de curso, sí, pero también celebra todo lo que somos juntos. Es un reflejo de lo que creemos en Fundación Aldaba:
👉 Que el ocio es también un derecho.
👉 Que la convivencia transforma.
👉 Que compartir tiempo, fuera del día a día, nos acerca y nos enseña.
Gracias al equipo que lo hizo posible. Y gracias, sobre todo, a ellos y ellas, por recordarnos que el verdadero viaje es el que hacemos hacia los demás.








